Sistema de economia mixta

 

La economía mixta se sitúa a medio camino entre los sistemas de economía de mercado y de planificación centralizada, tratando de aprovechar las ventajas de ambos sistemas, aunque en la práctica ha sido inevitable heredar sus defectos.
Este sistema entró en vigor después de la Gran Depresión, que fue provocada por las crisis a las que se exponía continuamente el sistema de economía de mercado.
En la actualidad, las funciones fundamentales del Estado en un sistema de economía mixta superan las que tenía asignadas en el sistema de economía de mercado. Estas funciones son las siguientes:
-Establecer el marco jurídico-institucional: Sin la existencia de unas reglas y normativas básicas no sería posible que las familias y las empresas pudieran desarrollar sus actividades sin que nadie se viera perjudicado.
-Suministrar bienes públicos: La sociedad considera que bienes como la sanidad o la educación deberían estar al alcance de todos, por lo tanto son suministrados por el Estado, ya que la empresa privada no los podría suministrar o lo haría a precios demasiado altos.
-Redistribuir la renta: ya que todas las personas no nacen con las mismas oportunidades o capacidades, el sector público trata de corregir las diferencias socioeconómicas para lograr un mínimo nivel de bienestar para todos.
-Suavizar la inestabilidad cíclica: Sujeto a la iniciativa privada, el sistema de economía de mercado alterna fases de expansión y fases de recesión, por lo que es responsabilidad del Estado que las transiciones entre ambos tipos de ciclo sean lo más suave posible.
Las sociedades de los países ricos, España entre ellos, impulsaron durante el siglo XX el denominado Estado del Bienestar, un caso particular de sistema de economía mixta caracterizado por un alto grado de intervención del Estado en la economía y un elevado gasto social.